Reconocen acciones para transferencia tecnológica en Yaxunah
Mérida, Yucatán, a 15 de octubre de 2020.- El trabajo “Mejor calidad de vida para Yaxunah: hacia una solución integral”, liderado por académicos y alumnos de la UADY fue galardonado con el segundo lugar en el concurso de carteles del Congreso Nacional e Internacional de Servicio Social y Voluntariado Universitario de la Universidad Iberoamericana de Puebla.
El trabajo premiado se trata de una iniciativa derivada del proyecto “Compartiendo tecnologías limpias y buenas prácticas agroecológicas con familias de Yaxunah”, que realiza la Unidad de Proyectos Sociales de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) en conjunto con la Fundación Kellogg.
El responsable del proyecto, Lifter Omar Ricalde Cab, explicó que desde hace tres años trabajan en ese poblado, perteneciente a Yaxcabá, con actividades como la utilización de un módulo solar y una bomba que es alimentada por la energía que produce el panel solar.
“Se estableció un diálogo con 49 hogares de la comunidad a través de entrevistas y encuestas, con el fin de conocer más a detalle sus necesidades y las oportunidades de implementación del proyecto”, subrayó el también académico de la Facultad de Ingeniería.
Comentó que uno de los objetivos de este proyecto es el empoderamiento social y la transferencia tecnológica, para que los habitantes identifiquen las necesidades de su comunidad, desarrollen actividades agroecológicas, aprendan a usar de forma eficiente los recursos y las tecnologías como sistemas de bombeo.
El fin no solo es instalar la tecnología, dijo, sino trabajar los procesos de organización entre ellos, como familia, para que sean capaces de realizar la autogestión.
“También se les han enseñado nuevas prácticas agroecológicas como dejar de usar pesticidas, generar composta limpia, establecer sistemas de uso adecuado, entre otras cosas”, apuntó Ricalde Cab.
Por último, también se les propuso la implementación de biodigestores domésticos que recibieran excreta humana y residuos orgánicos a fin de procesarlo para obtener biogás, que les sirva para cocinar, y fertilizante líquido para potenciar el cultivo de traspatio.
“Con estas acciones, los jóvenes que participan en las actividades tienen la oportunidad de vivir un ambiente real de aprendizaje, conocen las necesidades de las comunidades y a partir de esta formación pueden identificar problemáticas y proponer soluciones”, concluyó.
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